Quisiera gritarte que me ahoga este espacio limitado por la espera, que quisiera detener tu carrera.
Te quiero y me siento atada, herida, dolida, no puedo hacer nada; sólo esperar que un día de estos te decidas a salir al encuentro de mi cariño, sólo hace falta abrir la puerta, porque del otro lado estoy yo, y no te negaré que te quiero y te quise desde el primer momento.
Pero es que sólo imaginé una ternura que no sé si algún día será mía, te imaginé niño con tu cabeza en mi pecho, y triste... y solo...
Quiero curarte las viejas heridas; esas, que no cerraron y duelen, quiero ser tu alegría, tu paz, tu agua fresca, tu sensación reciente y siempre tierna.
Sólo hace falta abrir la puerta y allí... estaré yo.
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