martes, 28 de junio de 2011

ESCRITO PARA MI PADRE MUERTO

Desearía volver a soñar sin tener que despertar y llorar después, desearía jugar de nuevo a la rayuela o al pisa-pisuela.

Estoy mal, quiero volver a nacer, quiero ser un feto en el vientre de mamá y que papá no hubiera tenido la muerte tonta que sufrió.

A veces pienso que no me esperó, que no quiso saber el día de mi cumpleaños, ni alegrarse con mi alegría, ni tenerme en sus rodillas. Papá no me enseñó a amar la vida, dejó que mamá nos criara sola a Lidia y a mí. Se hizo la rabona y no conoció nunca a sus nietos, no los llevó de la mano al colegio.

Se hizo la rabona y no vivió mi crecimiento, no tuvo tiempo de secar mis lágrimas, de defenderme cuando me peleaba, de retarme cuando desobedecía, de hacernos los gustos cuando mi hermana y yo eramos chiquitas.

Papá... te fuiste muy pronto, como si huyeras de la vida. No llegaste a conocer el color de mis ojos, el día de mi nacimiento, ni siquiera mi primer guardapolvos. No me preguntaste quién era el dueño de mis sueños e ilusiones, no consolaste mi sufrimiento con tu consejo. Te reprocho sólo una cosa padre, mi padre... morirte tan jóven.

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